Su conclusión obvia no lo es tanto; "el PSOE paga muy caro su giro a la derecha"
Me parece un análisis de alguien que reflexiona pero, humildemente, creo que no es la conclusión acertada.
En la calle no está eso, en la calle hay sobre todo miedo, mucho miedo. Y ya se sabe, la reacción típica en esos casos es correr y no pensar. Eso hace la mayoría, correr.
Había muchas razones para no votar al PSOE, y uno de las principales es su sometimiento, inevitable, a las políticas de derechas. O dicho de otra manera, a los dictados de los mercados. A la situación particular de España se unió el que no le perdonaran su ingenuo intento de reformar los mercados de capitales antes de las elecciones en Reino Unido. Y lo ha pagado y lo pagaremos caro; nos van a reformar a nosotros a fondo.
Pero repito, ese puede ser el análisis de alguien que ve tertulias multicolores. La gente habitual lo tiene mas claro: "La culpa es de Zapatero y cuando entre el PP lo arreglan todo".
No deja de ser una simplificación estúpida, pero ha calado a fondo en la gente. Les permite la suficiente evasión como para mantener cierta esperanza.
Desde luego en el PP no son tontos, sus campañas no van para las gente con capacidad crítica, va dirigida a los que se evaden con Belén Esteban y otros subproductos televisivos. Manejan a la perfección los mecanismos de la propaganda populista. Ya lo consiguieron antes con el "Váyase señor Gonzalez".
Un mensaje claro repetido hasta la saciedad termina calando en una amplia mayoría. No se puede mantener una guardia crítica de forma indefinida. En realidad no terminan de creerlo completamente pero les da cierto reposo. Les permite eludir sus responsabilidades particulares en lo sucedido achacando a otros la culpa y la solución. Desde luego esa actitud nunca nos ha llevado a buen término. Por poner un ejemplo, sobrealimentó al feudalismo y el fascismo.
Quedan en evidencia en ambientes mas inteligentes y críticos pero les importa una leche. Ya lo pagarán cuando gobiernen, son maestros en eso.
Desde luego, esta actitud lleva en si misma un desprecio profundo para los votantes, pero tampoco les importa mucho, no están en el juego democrático por convicción sino mas bien por imposición. Y eso, a veces, se nota que les jode. No es sencillo sentir que se tiene el derecho divino a gobernar y tener que esperar turno. Son los herederos naturales a los gobernantes ineptos pero ensoberbecidos de poder que han errado en la gestión del país desde Carlos V hacia adelante.
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